
“La discusión política”, de Émile Friant. Los grandes escritores de la literatura universal nos han demostrado que el relato de una sociedad es, ante todo, un relato económico, y que toda la política es, en el fondo, economía.
Tendemos a ver la economía como una ciencia de números. Se nos olvida que es una ciencia social, como la historia o la sociología. Eso implica que la economía no es nada sin “relato”, es decir, sin interpretación de cómo los números interactúan entre sí. De hecho, Adam Smith, el fundador de la economía moderna y nuestro primer economista, fue profesor de Retórica. ¿Casualidad? No. No casualidad, sino causalidad. Él fundó la economía moderna a partir de una herramienta retórica: la metáfora de “la mano invisible”.
Las doctrinas económicas han ido avanzando a golpe de metáfora. Los economistas hablan de tormentas financieras, economías deprimidas y locomotoras del crecimiento. El lenguaje económico es siempre un como si, una comparación retórica, mecanismo sobre el que los propios economistas han reflexionado: por ejemplo, Bastiat y su falacia de la ventana rota o Hayek y sus palabras-comadreja.
La historia de los éxitos y fracasos económicos es una historia de relatos enfrentados. Karl Marx inventa el relato de la lucha de clases para combatir lo que cree falso relato de la prosperidad burguesa. La izquierda más o menos social-demócrata se aferra ahora al ideal de una necesaria justicia como argumento de combate contra la creciente desigualdad de las sociedades lideradas por los conservadores…
¿Se puede entender la economía sin relato? “Nooo”, respondemos todos a una. Ergo, ¿por qué nos empeñamos en revestirnos con la casulla del tonillo burocrático cuando escribimos de economía y finanzas? Tontería, porque la literatura que se vende es la que se entiende. Y olé este pareado que me acaba de salir. Lo dejo así porque ayudará a que se acuerden de mí cuando, ¡click!, apaguen esta pantalla.
Seguro que a usted -sí, a usted- le gusta leer. Si no, no perdería el tiempo leyendo un blog tan romántico e iluso como éste. Y si le gusta leer, colijo que también le gusta escribir bien, decentemente. Sospecho además que, si usted ha recalado en esta página, es porque a menudo tiene que comunicar algo relacionado con la economía, ¿ no? Pues genial, porque en agradecimiento a la atención que usted me está prestando, yo quiero proponerle que descubra el blog de Manuel Moreno Capa . Se llama economíaenla literatura.com hace algo tan extremadamente útil como recordarnos que la mejor descripción de los procesos y revoluciones económicas, que los mejores relatos de cómo funciona la economía, están en La Comedia Humana de Balzac, las obras de Dickens, las tragedias y comedias de Shakespeare, las fantasías marcianas de Ray Bradbury o las obras de Tom y Thomas, los dos grandes Wolfe de la literatura estadounidense.