Se nos acaba de morir el poeta Pacheco, José Emilio de nombre. Le recuerdo altísimo y feliz en las fotos del día en que recibió el Premio Cervantes. Puede que fuera un secreto cascarrabias, pero tenía en las imágenes de aquella jornada, como en todos y cada uno de sus versos, un gesto de humor que me hizo aficionarme a su escritura. El poeta Pacheco llega a este blog de educación financiera en razón de las lecciones sobre retórica y comunicación, sobre redacción empresarial, que nos dejan muchos de sus poemas. Leamos dos, a modo de brindis de despedida:
Conferencia
Halagué a mi auditorio. Refresqué
su bastimento de lugares comunes,
de ideas adecuadas a los tiempos que corren.
Pude hacerlo reír una o dos veces
y terminé cuando empezaba el tedio.
En recompensa me aplaudieron.
¿En dónde
voy a ocultarme para expiar mi vergüenza?
La maleza y la sombra
En torno de una idea original
difunde su maleza la retórica,
su óxido fatigado la repetición,
su tormenta de vaho el paso en falso.
En torno de una idea original
hay una muchedumbre de lugares comunes,
frases mal construidas, expresiones
que no ajustaron con el pensamiento.
En torno de una idea original
crece la sombra y la aridez se agolpa.
Impresionante.